Cada cosa en su lugar



Tradición, Modernidad, Mix… pero siempre referido a las artes marciales. Hoy en día las personas pueden recurrir a todo tipo de ofertas, “artes marciales tradicionales”, “Artes marciales modernas”, “artes marciales mixtas” y otras variantes. Sobre la oferta diversa sólo decir que deberían aclarar que ofrecen y para qué sirve, no dejar en el aire si sirven o no para la defensa personal, como salud, como ejercicio, como varias o todas ellas…
En esta ocasión voy a exponer mi pensamiento respecto a las artes marciales tradicionales. En primer lugar, las hoy consideradas artes marciales tradicionales en su momento fueron “modernas”, rompían esquemas. Actualmente encontramos dos opiniones encontradas, la primera que son obsoletas y la segunda que son la solución a todo. Para mí ni lo uno ni lo otro; en cuanto al beneficio para la salud no queda duda, como ejercicio tampoco, ¿y cómo artes de guerra? Está claro que de las 18 armas tradicionales apenas unas pocas servirían para combatir en una guerra actual y tal vez solo en formato de guerrilla urbana; en cuanto a la parte de manos vacías estamos en lo mismo con reservas (de las que hablaré más adelante) ¿y la defensa personal? Estoy convencido de que sirven, también con reservas.
El uso de las “manos vacías” tradicionales tanto para guerrilla urbana como para defensa personal tiene un componente de adaptación, de comprensión tanto en el uso de los principios propios de las artes como de la proporcionalidad al ser usadas para ser consideradas “agresión legítima”- término legal para la “defensa personal”-. Y en este punto es donde empieza lo maravilloso de las artes marciales, ¿os habéis fijado cuantos libros de artes marciales hay? Bastantes, y prácticamente todos tienen montón de técnicas o de formas (katas, taolus, sets, punses… ). Se muestran en esos libros una estructura concreta: los diversos golpes de manos, de piernas, combinaciones, incluso unos comentarios sobre su concepto particular del combate. Me he preguntado en muchas ocasiones porqué no metian más “chicha”, más material “teórico” con el cual trabajar y ahora con el paso del tiempo (sobre 36 años ya), la práctica y la reflexión he llegado a la conclusión de que las cientos de técnicas concretas, las formas… son sólo un medio para practicar los “conceptos” en sus diferentes variantes; esto podría parecer contraproducente pues las personas solemos manejarnos mejor en terreno conocido, es decir, si nos hacen esto respondemos con aquello, de manera que aplicar “conceptos” es algo así como decirle a alguien que conoce las herramientas y el material de instalación de calefaccion que realice una o morirá de frío, lo probable es que la haga, ahora bien que emplee más material, piezas, recorrido, etc… con eficacia, eso ya es otra historia: Pues ahí precisamente radica el “arte”, lo que diferencia a unos combatientes de otros, esa parte intangible que es la utilización más eficaz de lo que se tiene usando los conceptos.
 J. Gabriel C  under commont rights

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